El tributo del seleccionado de rugby fue mínimo y otra vez el deporte ovalado fue enjuiciado por la impoluta sociedad argentina, que aprovechó el error y omisión para destilar odio a la ovalada. Se podría haber hecho algo más para recordar al 10. ¿Estamos en condiciones de juzgar al otro?
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Autor: Lisandro Olearo
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